Advertencias sobre narrativas de greenwashing en los compromisos climáticos

En tiempos de acción climática urgente, muchos consumidores, accionistas y reguladores han cambiado sus patrones de consumo e inversión y están presionando a las empresas para que realicen acciones concretas a fines de descarbonizar el planeta. Esto se refleja en una carrera por el protagonismo en la agenda climática en el mundo corporativo, ya que sabemos que aquellos que salen adelante casi siempre tienen una ventaja competitiva. 

Sin duda, hay oportunidades crecientes de mercado para las empresas dispuestas y listas para avanzar hacia objetivos climáticos ambiciosos y la comunicación de estas acciones se vuelve cada vez más estratégica. Las manifestaciones de diversos stakeholders por acciones “carbono neutral”, “net zero”, “clima positivo”, entre otras, son cada vez más frecuentes entre las corporaciones. Sin embargo, las empresas deben ser muy claras al construir y comunicar su estrategia climática para que su discurso no incite preocupaciones legales o implique riesgos para la reputación, juzgadas como greenwashing

¿Qué es el greenwashing?

Greenwashing, o lavado verde en español, ocurre cuando una empresa divulga selectivamente sus productos o servicios, destacando los aspectos positivos e ignorando los negativos. El “marketing verde” también ocurre cuando las organizaciones usan términos vagos o engañosos para describir sus productos o servicios como “natural”, “eco-friendly”, “climate-friendly”, por ejemplo, en los que se presentan de una manera más ecológica, socialmente impactantes o más sostenibles de lo que realmente son. 

Este concepto también se aplica a la divulgación de los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por parte de las empresas. Algunas construcciones erróneas de las narrativas de descarbonización pueden dar la impresión de greenwashing, como se destaca en la publicación reciente de un artículo del New Climate Institute en asociación con Carbon Market Watch. Entre los “errores”, podemos destacar: 

  • Plan vago, incompleto o engañoso con respecto al alcance, cronograma o metodología; 
  • Lograr el objetivo depende en gran medida de la compensación a través de créditos de carbono (offsets) u otras medidas externas que no abordan las causas fundamentales de las emisiones ni aseguran su eliminación permanente;  
  • Meta no alineada con la evidencia científica más reciente o las mejores prácticas para limitar el calentamiento global a 1,5°C; 
  • Plan no sustentado en acciones, inversiones o políticas que conduzcan al logro de metas o con insuficiencia de estas. 

¿Cómo evitarlo?

Estas fallas en la narrativa de la estrategia de descarbonización pueden afectar la credibilidad y la reputación de las empresas y organizaciones que la adoptan, además de perjudicar los esfuerzos colectivos para abordar la crisis climática. Para mitigar el riesgo de greenwashing y garantizar que la estrategia de descarbonización y su divulgación estén en línea con las mejores prácticas del mercado, las organizaciones deben seguir los siguientes pasos: 

  1. Educar a sí mismos y a sus stakeholders sobre los fundamentos de ESG (ambiental, social y de gobernanza) y los riesgos y consecuencias de greenwashing;
  2. Establecer estructuras y políticas de gobernanza climática claras y transparentes, alineadas con la estrategia y los valores del negocio, integrando la variable carbono en la toma de decisiones;
  3. Desarrollar acciones para reducir las emisiones en diferentes actividades y procesos, tales como el cambio a fuentes de energía renovables, la mejora de la eficiencia energética, la adopción de tecnologías bajas en carbono, la deforestación cero, el uso de principios de economía circular, etc., compensando solo las emisiones residuales.
  4. Construir objetivos de descarbonización que sean específicos, medibles y alcanzables, tanto en las operaciones propias como en la cadena de valor, y que estén en línea con el compromiso internacional de limitar el calentamiento global a 1,5ºC;
  5. Evaluar y priorizar proyectos e inversiones teniendo en cuenta su rentabilidad para lograr los objetivos climáticos, el impacto potencial, los beneficios conjuntos y los riesgos;
  6. Medir e informar anualmente sobre sus emisiones de GEI y el progreso con respecto a los objetivos utilizando puntos de referencia y directrices reconocidas, como las del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD) y del Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol);
  7. Establecer y difundir claramente el roadmap que contenga los medios y recursos necesarios para la descarbonización, así como el cronograma para su consecución;
  8. Integrar las divulgaciones con los informes financieros y de toma de decisiones, revelando cómo el riesgo climático afecta su desempeño financiero y la creación de valor, o cómo el riesgo climático se incorpora en los procesos de asignación de capital y gestión de riesgos;
  9. Hacer explícito cuánto de la meta de reducción se basa en la compra de créditos de carbono, qué emisiones abordan estos créditos y la calidad de los créditos utilizados, centrándose siempre en las emisiones residuales y los créditos de alta calidad;
  10. Involucrar a las partes interesadas a lo largo del proceso de planificación para comunicar de manera clara y transparente los objetivos y estrategias de descarbonización, solicitar su retroalimentación y colaboración, abordar sus inquietudes y expectativas, generar confianza y compromiso, fomentar la innovación y el aprendizaje, etc. Los stakeholders incluyen clientes, proveedores, inversionistas, reguladores, gobierno, socios, colaboradores, comunidades y grupos de la sociedad civil.

Las empresas pueden contar con el apoyo de WayCarbon desde el diagnóstico hasta la creación y seguimiento de su estrategia y plan climático basado en evidencia científica, así como el análisis de rentabilidad de las acciones, métodos de financiamiento sostenible y apoyo a la implementación. Apoyada por un software de gestión ESG ágil y trazable, como Climas, así como el apoyo de especialistas para consultoría a la adaptación, mitigación y compensación, la empresa podrá divulgar sus acciones de forma robusta y segura.

Julia Rymer
Gerente de Mitigação at WayCarbon | + posts
Priscila Grutzmacher
Consultora at WayCarbon | + posts
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